Potitos de frutas, cereales, pescado, carne.. para que tu peque pueda ir introduciendo poco a poco todos los nutrientes necesarios para que crezca de una manera sana y equilibrada. A partir de los seis meses de edad, las necesidades nutricionales del bebé se amplían y es necesario iniciar la alimentación complementaria con nuevos alimentos como cereales, fruta, carnes, pescados y legumbres. Los potitos son un modo rápido, nutritivo y cómodo de alimentar al bebé. Los potitos infantiles son una solución correcta para la alimentación del bebé siempre que se dé el potito adecuado a su edad y así nos aseguramos que toma el potito adecuado para satisfacer sus necesidades nutricionales.
A continuación os damos 4 recomendaciones básicas para elegir el potito correcto: 1. Localizar la edad del niño en el potito: Esta información refleja los meses del niño a partir de los cuales puede consumirse el producto, hay potitos de más de 4 meses, de más de seis meses, de más de ocho meses, etc.. Los límites de edad se marcan en función de la composición y de la textura de los potitos. 2. Repasar los ingredientes: para verificar que el producto se ajusta a las indicaciones que marca el pediatra. 3. Entender el nombre del potito: arroz con pollo, ternera, frutas variadas, etc... Si pone tarritos infantiles es muy diverso y no queda claro cuáles son los principales ingredientes que lo componen, el nombre es muy genérico y puede inducir a errores. 4. Tener en cuenta las etiquetas especiales del tarrito para el bebé: las alergias e intolerancias alimentarias del niñoson esenciales a la hora de elegir el potito que el bebé necesita. La mayoría de potitos y productos infantiles incorporan en su etiquetado distintas menciones relativas a la presencia o no de determinados ingredientes en su composición. Las más frecuentes son: sin (o con) gluten, bajo en sal y grasas, sin aditivos, con leche (o sin ella), sin azúcares añadidos, con aceite de oliva, con apio. Es recomendable atender a estas advertencias y adquirir o no el producto. En este sentido, la Asociación Española de Pediatría recomienda no comenzar con el gluten antes de los cuatro meses, ni retrasarlo después de los siete.
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