Uno de los artículos imprescindibles para todo bebé recién nacido es un chupete. Un artículo que será una gran ayuda durante los primeros meses e incluso los primeros años de vida del pequeño.
El chupete es un artículo que proporciona consuelo, algo que en ocasiones realmente parece mágico cuando el bebé está llorando sin consuelo y al ponerle su chupete se calla por arte de magia, calmándose al instante.
El instinto de succionar aparece ya en el útero y es un instinto que se convierte en imprescindible para el bebé, ya que succionando se alimentará. Además, si la mamá le da el pecho será su principal vía de contacto con ella, por lo que además de alimentarse, mantendrá el contacto tan necesario para el bebé. Para los niños, el chupete es algo a lo que agarrarse cuando sienten miedo, dolor o molestias, hambre, etc., pero además de calmarles, varios estudios afirman que la utilización del chupete reduce la posibilidad de sufrir el síndrome de muerte súbita.
No obstante, hay que tener ciertos límites y según van pasando los meses debemos ir restringiendo el uso del chupete para que el niño, poco a poco lo vaya dejando, ya no solo porque puede dañar o modificar la formación de su paladar y las piezas dentales, que eso es algo que en cada niño puede ser muy diferente, sino porque la mayoría lo utilizan para calmarse como ya hemos visto, y no podemos esperar que eso dure mucho, sino que los niños, poco a poco deben aprender a consolarse de otras formas; además según van creciendo, ya son capaces de comprender muchas cosas que les expliquemos, por lo que alrededor de los dos años o como mucho cerca de los tres, debería dejar su chupete.
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